Entre fanfics mal escritos, mates y otras drogas
-¿Cómo sabré que él no volverá a irse con otro? -Exclamó Draco, con voz ácida y resentida.
-¿Y si vuelve a alejarme de su vida? -Dijo Harry, igual de abrumado. -¿Qué me garantiza que no sacara la infidelidad cada que haya un problema entre los dos?
-Señor Malfoy y Señor Potter, ninguno sabe a ciencia cierta si alguno de los dos volverá a cometer un error, pero lo que sí saben, es que están aquí porque quieren hacerlo funcionar y yo estoy para ayudarlos en ello. -El hombre sentado frente a ellos hablaba con tranquilidad y sin perturbarse, muy diferente a como se veían ellos dos: alterados y dispuesto a morderse la yugular ante la mínima provocación. –Dejen de pensar en los quizás y solo enfoquen su energía en lo que pueden hacer ahora para mejorar su relación. Por ustedes, por sus hijos.
Harry solo quería salir de ahí ni bien estuvo en la salita de espera, casi lo logró pero fue detenido por Draco, quien apareció por el pasillo y le miró como si esa fuera su última esperanza. Realmente habían intentado hacerlo funcionar, pero estar ante el terapeuta resultó ser la única forma que lograron de conversar como dos adultos, sin gritarse cosas hirientes de las que luego se arrepentían.
Se giró hacia Draco, quien se mantenía sentado a su lado, con el cuerpo rígido. Noto que apretaba sus labios, volviéndose aún más pálidos.
Ambos tenían miedo, faltaron a sus votos y se hirieron, de una forma que fue imposible resolverlo por sí mismos. Pero su consejero tenía razón, ambos estaban ahí para seguir adelante.
Draco jamás olvidaría el día que Harry le confesó con voz rota haberlo traicionado.
Harry nunca se quitaría la sensación de ser reemplazable, la facilidad que tuvo Draco para sacarlo de su vida, casi como si no existiera, casi como si no lo quisiera.
Se atrevió a rozar sus dedos, igual de fríos como los recordaba. Por primera vez en meses, el rubio no lo aparto y esta vez le miró, asustado y dolido, pero aun podía ver que lo amaba. Tanto o más de lo que Harry lo hacía, con locura y devoción.
Al final los dos asintieron ante la sonrisa complacida de su terapeuta.
-En las siguientes sesiones les daré las herramientas para que lleguen a un acuerdo, muy diferente a la lucha de poderes de la que están acostumbrados. -Dijo el hombre, anotando algo en su cuaderno que Harry se moría por saber qué. -Mientras ambos pongan de si, los ayudaré a llegar a un punto medio, piénsenlo como encontrarse a mitad de camino.