Lealmente Maya

AU omegaverse. 

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Más que notar su presencia, primero olió el aroma amargo de miedo que expedia Draco. Se giró, buscando con la mirada aquello que hacía temblar a su omega de pies a cabeza. No tardó mucho en dar con la persona en cuestión.

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Theodore Nott los observaba desde lejos, con la mirada vacía.

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Se encontraba solo, sin nadie de su manada acompañándolo. Los compañeros de Harry no dudaron en ponerse a su lado, firmes ante la presencia del lobo que una vez había sido el alfa de Draco.

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Sus manadas se habían enfrentado hacía tiempo, Nott había perdido. Fue un enfrentamiento legal, dos alfas podían disputarse la tenencia de un omega y si se perdía, el otro debía ceder sin más. 

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Un omega perdido era un gran golpe para una manada, eso estaba más que claro.

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Harry no sabía que había pasado con la anterior manada de Draco, éste nunca quiso hablar sobre ello y respeto su silencio, pero resultaba más que obvio por su reacción que, más allá de las cicatrices en su cuello y espalda, las que más le pesaban eran las psicológicas.

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No había que temer, Nott no podía ni rozarle con un dedo. El mercado Hogwarts era territorio neutral, todas las manadas iban ahí a intercambiar productos y hacer negocios. No estaba permitido tener enfrentamientos de ningún tipo. Era un lugar relativamente seguro, pero Draco igual estaba hecho una bola de nervios contra su cuerpo ante la presencia de su ex-alfa.

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Nott permaneció un par de minutos mirando a Harry, antes de darse la vuelta y alejarse.

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-Todo estará bien, nada te pasara. -Le susurró a su compañero, acariciando su sedoso cabello. Draco no se calmó hasta que no estuvieron en la seguridad de su territorio, en su hogar.

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No fue el mismo de siempre por un par de días, y Harry tuvo que obligarlo a comer. 

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En momentos como ese, cuando veía a su omega hundido en la oscuridad, solo deseaba correr hacia la manada de Nott y quemarlo todo.

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Pero eso no borraría el daño hecho en Draco, y solo esperaba que el tiempo y sus cuidados pudieran cerrar, de apoco, todas las heridas.